El 21 de septiembre se celebró el Día Mundial de la Paz y muchas organizaciones que tradicionalmente han estado vinculadas al tema y trabajan constantemente en la promoción de la paz, salieron a la calle a dar sus mensajes y compartirlo con la gente. Este hecho, más allá del inmenso valor que tiene, debería llamarnos a la reflexión sobre el paralelismo que como sociedad mundial atravesamos.
Es difícil, por decir lo menos, que un equipo de remo pueda ganar una competencia si unos reman hacia un lado y el resto decide hacerlo en sentido contrario. Digamos que físicamente si ejercen la misma fuerza a lo sumo se quedarán en el mismo sitio, pero si la balanza tiende a inclinarse hacia uno de los 2 polos, entonces indudablemente avanzarán hacia ese lado, lentamente, pero avanzarán.
Así pasa en el mundo, mientras unos salen a promover la paz, otros salen con fuerza a servirle a la guerra y un tercer grupo, infinitamente grande, decide no tomar posición y sólo pertenecer a la categoría de espectadores, como si el tema no fuera de su incumbencia. No tengo cifras y no acostumbro a dar argumentos sin una fuente confiable que sustente mis comentarios, pero creo que ustedes coincidirán conmigo si les digo que la balanza del mundo se está inclinando hacia el lado contrario a la paz. Guerras, enfrentamiento de sociedades hermanas, muertes, delincuencia, hambre, crisis, desempleo y toda esa nube de palabras que cubre a diario las noticias del mundo, me hace pensar que definitivamente el grupo que rema hacia la guerra es mucho más grande y consistente que el de nosotros, que remamos a la paz. Están avanzando, ¿lentamente?, pero avanzando.
Nos toca una enorme tarea, debemos empezar a construir una estrategia atractiva (sí, qué insólito que la Paz por sí sola no sea una causa atractiva) para sumar activamente a nuestro equipo a esos espectadores y por qué no, para convertir a los del equipo contrario. Muchas veces hemos sentido que la paz es una causa perdida, que en el mundo siempre tendremos descontentos, injusticias, enfrentamientos; y lo más probable es que sea así, lo que debemos es cambiar la correlación de fuerzas y empezar a navegar lentamente hacia nuestro lado.
Necesitamos darle un cambio de rumbo a lo que pasa en el mundo, sólo así podremos celebrar algún 21 de septiembre, un verdadero día mundial de la Paz.
RBR
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