Para nadie es un secreto que en Venezuela vivimos momentos, la cuenta regresiva hacia el 2012 sigue su rumbo sin detenerse y el tiempo aparece como el único factor que juega tanto para los que pretenden enquistarse en el poder, como para aquellos que promueven una “vuelta al timón” para dirigir la nueva era de la política venezolana.
En el PSUV las cosas están claras y saben muy bien que el tiempo no se detiene, así que sin importarles ni un poco eso de la “democracia interna”, han decidido su candidato a las venideras elecciones presidenciales y es que en el seno del equipo rojo, bien sea por miedo o por convicción, creen que la revolución sólo es posible con Hugo Chávez a la cabeza de la misma. El disco rayado de abandonar el poder en el 2021 se ha vuelto el credo del PSUV, cuyos partidarios apuestan a que eso se haga realidad, al costo que sea.
En el otro bando el panorama aún no es claro, es más, puede llegar a parecer turbio en muchas ocasiones. En la MUD el debate se centra sobre la elección de un candidato unitario bajo el método de primarias con unas condiciones que aún están por definirse, mientras que los ciudadanos que esperan un cambio para el 2012 están conscientes que el tiempo apremia, la dirigencia de la MUD continúa haciendo cálculos para que el ego y el orgullo de aquellos que llegarían detrás de la ambulancia en unas presidenciales, no se vea afectado por sus decisiones. Este equipo no ha entendido que no es momento para mezquindades, que en la situación actual vale más retirarse a tiempo que llegar hasta el final cuando desde un principio no se tiene chance alguno. Son muchos los que hoy anuncian sus candidaturas valiéndose de lo que fueron en el pasado y no de lo que han hecho en el presente. Otro factor que no ha tomado en cuenta la MUD, es presentar a los ciudadanos un proyecto de país que venga acompañado de políticas y planes concretos y reales que permitan encaminarnos al progreso. Ser opositores no es carta de presentación válida para asistir a unas presidenciales aspirando llevarse el triunfo, los ciudadanos esperamos mucho más.
Ni Chávez ni el candidato de la oposición ganarán con los votos duros de sus bandos, eso no es suficiente. Esta elección la definen esos mal llamados “ninis” o los “no alineados” que es el nombre que le han dado las encuestadoras para no sonar tan coloquiales. La magia de esta elección está en convencer a los ciudadanos que están dispuestos a trabajar por promover el progreso en Venezuela, que tu opción es la que más le conviene y eso sólo se logra trabajando a diario, recorriendo el país, escuchando y respondiendo las inquietudes de la gente, demostrando con hechos y no con promesas, transmitiendo una imagen de equipo, siendo honestos y dejando a un lado el populismo y los discursos encendidos del gran líder que poco conecta con el pueblo. Siempre me he preguntado si son ese grupo de venezolanos unos “no alineados” o si son los que hacen política en este país los que no se alinean a los intereses de la gente.
La MUD no arriesga, y no recuerda que el que no arriesga “ni gana ni pierde” y en esta elección, perder no es una opción.
RBR
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