En un país donde el progreso nos suena ajeno, donde los sueños se reciclan o se pudren en contenedores, en una nación donde pensar distinto muchas veces es considerado un delito, en una realidad distorsionada donde las excusas son el factor común de nuestros días, justo en ese país convivimos más de 27 millones de venezolanos.
Separados por discursos polarizantes que intentan encasillarnos en algún sector de la vida política, asediados por una inseguridad que no reconoce colores, intimidados por una creciente situación de desconcierto vivimos, o mejor dicho, sobrevivimos más de 27 millones de venezolanos.
En una nación donde se hacen productos de calidad de exportación, donde la gente trabaja sin descanso por un futuro que se niegan a perder, en un país donde la juventud asume con valentía el compromiso de tomar las riendas de la conducción política, en el país de científicos y deportistas que brillan con luz propia, en un una tierra de inagotables recursos y bellezas naturales, ahí vivimos más de 27 millones de venezolanos.
Son muchos los que a diario se unen a las largas filas que engalanan las fachadas de las diferentes embajadas que hacen vida en este país, buscando visas para un sueño, ese sueño recurrente de vivir en un país donde progresar sea producto de tu trabajo y no de tus contactos, donde tus hijos vivan a gusto y seguros, donde tener acceso a las propiedades no sea visto de mala manera y no sea imposible tampoco.
Hoy, a pocos días de las elecciones parlamentarias, me atrevo a decir que dependiendo de los resultados veremos si se hacen más grandes o más pequeñas las colas en las distintas embajadas del país, veremos si nos decidimos a ponerle freno a un sistema que nos está llevando a un foso cada vez más profundo, pero sobre todas las cosas, veremos si es posible lograr una concertación donde la prioridad, más allá de conseguir el poder, sea trabajar en pro del beneficio de todos los ciudadanos, abriendo oportunidades, retomando nuestros sueños y convirtiéndolos en realidades.
Este 26 de septiembre estaré en una de esas largas colas, pero en mi centro de votación, y estaré buscando mi visa para un sueño porque tengo la firme convicción que ese día empezaremos a construir el país que todos soñamos. No faltes, te esperamos ahí.
¡Vota y defiende tu voto!
RBR
4 comentarios:
muy buen post.
Muchas gracias por el comentario. Qué bueno que te gustó. Saludos,
RBR
Rafa, muy bueno tu artículo... Siempre!!! Nos vemos el 26!!!
Muchas gracias por tu comentario Carola. Seguro, nos vemos el 26.
Saludos,
RBR
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