Dentro de algunas horas todos nosotros tenemos una cita, un compromiso con nuestro país que no podemos dejar para después, algo definitivo y de absoluta necesidad, o vas tú y elijes o viene otro y elije por ti. Así de simple.
Conversando con un conocido sobre varios temas de la política nacional, surgió inevitablemente el tema de las elecciones de este 26 de septiembre, un poco adelantada la conversación me dijo: - A ver, convénceme. Dame una buena razón para ir a votar -. Creo que muchos de ustedes que comprenden la importancia de estas elecciones han pasado por esta situación y ante las ganas de gritar a los cuatro vientos la importancia de las mismas, logramos imponer la razón y dar algunos argumentos que logren convencer a nuestro interlocutor. A continuación, lo que le dije:
“A ver, dame tan sólo una razón para no hacerlo. Dame una razón para no votar.
Seguro me dirás que el árbitro no es imparcial, pues me pregunto si a la selección española de fútbol le importó jugar la final del mundial con el peor árbitro de ese evento. No fue así, ellos salieron convencidos que la victoria era posible y que dependía de ellos, fue así como dejaron el alma en la cancha y marcaron el gol que les dio la victoria.
Me puedes decir que los resultados no los van a respetar, te digo que eso sólo depende de cada uno de nosotros, de asumir la responsabilidad de no sólo ir a votar, sino de defender nuestro voto y hacer que se respete nuestra voz.
Me dirás que las colas son largas y el proceso no es eficiente, te respondo que las colas son menos largas que las que hacemos en el ferry en Semana Santa o en inmigración en vacaciones, eso sin hablar de la eficiencia de esos procesos.
Finalmente puedes decirme que esta no es la última elección y que el 27 saldrá el sol nuevamente, te digo que yo también estoy seguro de eso, pero quiero estar tranquilo que contribuí con la conservación o la restauración de la democracia en el país y no que fui un cómplice silencioso de la instauración de un régimen que violente nuestros principios democráticos.
Esas son mis razones para ir a votar, para defender mi voto y el de muchos otros, sin importar si piensan o no como yo.”
Cambiar este país no depende de candidatos, diputados, alcaldes, gobernadores o del presidente, el cambio de este país depende de cada uno de nosotros, de nuestras ganas de cumplir nuestro deber de ser ciudadanos, del trabajo que podamos realizar en conjunto y de no abandonar nuestras convicciones democráticas.
¡No sé que vayas a hacer tú, pero yo mañana VOTO y defiendo mi voto!
RBR
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