"… Consecuencia de lo social" es una frase que sin duda se ha convertido en la tarjeta de presentación de uno de los principales promotores de la tan mencionada Responsabilidad Social Empresarial, mi colega Ítalo Pizzolante.
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de tener una grata conversación con él y entre anécdotas y cuentos donde los personajes terminaban siendo una incógnita indescifrable entendí que la simpleza de esa frase envuelve un concepto brutalmente poderoso que intentaré hacerles llegar con el permiso de Ítalo y excusándome de antemano por las inevitables omisiones que pudiera tener.
Para ponerlo más fácil, esta frase representa algo evidente que en la actividad política se vuelve esquivo. Los grandes cambios políticos no se obtienen por arte de magia o por alterar el orden de las palabras buscando mercadear mejor tu ideología, por ejemplo aunque la social democracia ya nos suene rancia y oxidada, la democracia social no tienen una frontera clara que nos permita diferenciarlas, al final Ud. y mucho menos yo podemos ver la luz al final del túnel, al menos no de ese túnel. Los grandes cambios políticos tampoco son producto de esa colección de "ismos" cuyo factor común, valiéndome un poco de comentarios aislados y sin el sostén de grandes títulos universitarios, es el fracaso. Los grandes cambios políticos no son producto de nuevas caras y viejas acciones, ni mucho menos de líderes solitarios que olvidan que su principal función debe ser "la creación de más líderes no de más seguidores". Los grandes cambios políticos no tienen una fórmula única y replicable a nivel mundial, por el contrario, son autóctonos y sólo pueden ser creados y aplicados en una realidad local. Los grandes cambios políticos no serán, definitivamente, de cuarta, quinta o sexta. Así pudiéramos pasar un buen rato viendo las cosas que no generan grandes cambios políticos, esos que esperamos y esos en los que espero podamos encontrarnos trabajando arduamente.
Sin embargo, viendo todo lo anterior, confirmé que los grandes cambios políticos son "consecuencia de lo social" y es atendiendo a esa premisa como las grandes sociedades que admiramos y envidiamos han logrado convertirse en lo que hoy conocemos. No ha sido producto de leyes de laboratorio, ni de reformas ideológicas, ha sido sin embargo, el producto del trabajo y el consenso de aquellos que estudian las causas y consecuencias de los problemas y de los que los viven a diario, ha sido la puesta en marcha de propuestas socialmente responsables donde se hacen vitales los resultados, ha sido la suma de pequeñas pero constantes transformaciones, ha sido la suma de muchos "tu" y de pocos "yo".
Definitivamente la lógica nos lleva a atender esas necesidades sociales con un enfoque claro: empoderar a la gente y darle las herramientas para generar una transformación; el reto es trabajar incansablemente para poder llevar esto más allá del papel. Muchas gracias Ítalo, por tan buena conversación.
RBR
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