lunes, 26 de octubre de 2009

Disculpa, una pregunta por favor.

¿Y qué nos queda a nosotros? A los que diferimos de los que gobiernan por su ineficiencia, falta de preparación y propensión a la corrupción, por no incluir los calificativos que algunos más radicales pudieran dar y con los que probablemente esté en total desacuerdo. ¿Qué nos queda a nosotros? Los que no nos sentimos representados por la "oposición" o "alternativa democrática" y peor aún los que ni siquiera nos sentimos incluidos entre ellos por las mismas razones antes mencionada y por una que frente a cada elección se hace evidente: el poder como meta y no como medio para lograr transformaciones positivas. Menuda diferencia, ¿no creen?.

Quisiera que para todos nosotros quedara la posibilidad de trabajar en este país con una esperanza real de poder progresar y hacer una familia en condiciones estables, debería quedarnos la oportunidad de vivir tranquilos sabiendo que en Venezuela no se roba porque todos tenemos lo que merecemos, quisiera tener, más allá que una lista infinita de actores de reparto a los que hoy se les da el papel de candidatos a la A.N., un grupo de líderes que cumplan con requisitos como: honestidad transparencia, preparación, gestión y madurez por nombrar sólo algunos, que me den la seguridad que mi voto al fin será una buena inversión. Estoy seguro que contamos con la juventud, dignos representantes de una generación que levantaron la mirada al país y se permitieron soñar en grande.

Es por eso que manifiesto mi apoyo a una iniciativa de la que se habla mucho: Las Primarias, y explico brevemente el por qué. Sencillamente permite a los nuevos liderazgos, independientes o no, medir sus niveles de aceptación en la sociedad, nos permite a los electores dejar claro que votaremos por el mejor, no por el menos malo y por último, es una herramienta metodológica que le cae como anillo al dedo a la inmadurez política de aquellos que profesan dar "sus mayores esfuerzos por recuperar la democracia en Venezuela" y buscan en cada proceso electoral una cuota de poder, aquellos que promueven un consenso a puerta cerrada.

Finalmente, mi invitación es a pasar de la preocupación a la ocupación. Eso es, en definitiva, lo que nos queda a nosotros los que soñamos con un parlamento lleno de líderes que busquen darle a Venezuela un rumbo democrático. Los que soñamos un país de oportunidades infinitas.



RB

1 comentario:

GBA dijo...

Rafa muy bueno este post, totalmente de acuerdo con vos, "... honestidad transparencia, preparación, gestión y madurez por nombrar sólo algunos, que me den la seguridad que mi voto al fin será una buena inversión..." mas claro que eso imposible.

Hagamos que esto no se quede en palabras, es hora de hacer algo al respecto, vamos a tomar ese toro por los cachos, de buena manera y por Venezuela.

Estamos pendientes para reunirnos, si hacemos las cosas bien podemo lograr algo y darle mas legitimidad a los jovenes, que somos el presente del país y no el futuro como muchos nos quieren vender.

Un abrazo