Historia contada por Emilie Candiales,
estudiante de un colegio privado de Caracas, y escrita por María Gabriela
Rodríguez, licenciada en Comunicación Social.
EN PETARE TAMBIÉN SE SUEÑA
- LA HISTORIA DE THAYLOR -
El 25 de
febrero de 2014 el Ministro de Educación de Venezuela, Héctor Rodríguez, dijo
que "los planes para erradicar la pobreza en el país no deben tener como
objetivo sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media, para
que después aspiraran a ser escuálidos."
Yeiker Guerra, estudiante y residente de
Petare fue entrevistado por CNNEE el día 28 de febrero y le preguntó al
Ministro si le estaba diciendo que no podía soñar, que él también, en el
barrio, en la zona popular, tiene sueños y puede algún día llegar a ser un
Ministro.
Como Yeiker, en Venezuela hay muchos que
consideran que llegar lejos no se consigue por la ausencia de problemas, sino
por saber superarlos. Muchos son los que no se conforman con algo menor a lo
que saben que pueden conseguir y van más allá, sueñan y viven en búsqueda de la
mejor versión de sí mismos.
Cerca del sector La Bombilla, en José Felix
Rivas en Petare, vive Thaylor Aguilera, un chamo que vio en el béisbol una
oportunidad, trabajó y se dedicó para convertir un sueño y un deseo de triunfar
en su pasión: Irse a estudiar becado a los Estados Unidos para emprender una
mejor vida para él y toda su familia.
“Descubrí
de pequeño mi pasión por el béisbol”
Thaylor se graduó del liceo de segundo de
la promoción, no presentó para ninguna universidad porque su meta estaba clara,
jugar béisbol y conseguir a través de eso una beca para ir a estudiar al
exterior.
“Mi sueño
era cada vez más inalcanzable. Cuando juegas béisbol y ya tienes más de 16 años
en Venezuela te consideran un pelotero viejo”
Jugó hasta los 18 años con la escuela
de béisbol menor de Los Leones del Caracas, durante este tiempo le ofrecieron
la oportunidad de participar en un try out (prueba que hacen equipos
profesionales para seleccionar jugadores) de becas a Estados Unidos, pero no
quedó, cosa que agradece porque resultó siendo una estafa. Luego tuvo la
oportunidad de ir a Valencia y tratar con Detroit, a pesar de que el
equipo quedó contento, no lo aceptaron porque "ya tenían el lineup full".
“Yo
me decepcioné mucho y dejé de entrenar por tres meses”
Durante ese tiempo, Thaylor supo de un try
out en la Universidad Metropolitana organizado por un grupo de profesionales
interesados en ayudar a atletas venezolanos a estudiar en Estados Unidos que estaban
dando cinco becas, se inscribió y compitió con más de 60 personas, ganándose el
primer cupo. Tenía cuatro meses para prepararse y aprender algo de inglés
para presentar el TOEFL (examen que mide fluidez y conocimiento en el idioma
inglés), pero resultó siendo poco tiempo ya que no sabía ni una palabra de este
idioma.
Maridoug, profesora y parte del grupo de
profesionales que daban las becas, se inventó un plan para que Thaylor
aprendiera lo esencial para presentar el examen: leer, ver videos, hacer
traducciones y al mismo tiempo seguir entrenando. “Se me complicaba porque no tenía Internet en mi casa, así que tenía
que aprovechar el Internet de las clases para descargar todo y adelantar”.
El examen que Thaylor tenía que presentar
tiene un costo de 220$, dinero que su familia no tenía, pero con ayuda lograron
comprar los dólares en efectivo y dárselos a la persona que ofreció pagarlo.
“Cuando
el College me aceptó y todo comenzaba a tomar forma, se empezó a complicar
porque teníamos que demostrar que teníamos un estado de cuenta de 20.000 $, y
obviamente no lo teníamos, entonces mi papá pidió un préstamo, algunos
familiares aportaron lo que podían, vendimos unos teléfonos y se llegó”
El sueño de Thaylor sólo traía gastos para
su familia. Comenzó a dar clases de matemática para ahorrar un dinerito pero
duraron poco debido a que el tiempo no le alcanzaba. “No tienes idea de todo lo que hizo mi familia para que yo estuviera
aquí, contarte no es sencillo y tiene muchas historias de por medio. Ya cerca
del viaje, todo fue rápido y nuevo para mí ya que nunca me había montado en un
avión, ni tampoco había viajado a ningún país, no tenía idea de qué hacer.”
¿Regresarías a Venezuela?
- Sí
regresaría a Venezuela porque estoy orgulloso de haber nacido en el país más
lindo del mundo, no me quejo de haberme criado en un lugar pobre donde
fácilmente pude haberme convertido en un malandro, al contrario siempre le
agradezco a Dios por la familia que me dio y por haberme dado la oportunidad de
ver y aprender que en un barrio puedes soñar, puedes pensar en ser alguien
importante, puedes aprender lo que es valorar lo que tienes, ser agradecido,
humilde, aprender a tomar buenas decisiones dentro de un ambiente que te invita
constantemente al fracaso.
¿Cómo te sientes estando en otro
país?
- Estar
en otro país no es fácil y mucho menos cuando estás lejos de tu familia, pero
cada vez que pienso en las veces que tuve que voltear para un lado para no ver
un malandro muerto al frente de mi casa, las veces que tuve miedo porque no
podía llegar después de cierta hora porque algo me podía pasar. Me impulsa a
lograr mis sueños y ser la llave que le abra las puertas a mi familia para un
mejor futuro, aunque tenga que pasar mucho tiempo intentándolo sé que granito a
granito voy a lograrlo, ese es mi objetivo y por ello trabajo todos los días, y
aunque vivir en un barrio limita tus posibilidades de lograr grandes cosas,
todo depende de ti, quién eres, de dónde vienes, y a dónde quieres llegar.
Mi motor
más grande e impulso se llaman papá, mamá y hermano
Este chamo de Petare se empeñó en convertir
cada uno de sus pasos en un camino hacia el éxito con constancia y esfuerzo.
Emilie, compañera de las clases de inglés de Thaylor, cuenta que días antes de
irse lo vio aterrado, pero con una expresión que nunca olvidará y mucho menos
las palabras que le dijo “Si yo pude, tú
puedes”; dice que esto le dio una lección, que a veces los que tienen más
facilidad para lograr sus metas no lo valoran y se rinden en el camino por
pequeños obstáculos y él le demostró que si se quiere, se puede y que es ahora
o nunca.
Gracias a varias personas, entre ellas la
profesora Maridoug Cividanes que le dio todas las herramientas para aprender el
idioma, lo incentivó y apoyó y a sus familiares y amigos que creyeron en él,
hoy Thaylor está estudiando Ingeniería en Nueva York, conociendo lo que es
vivir en paz, sin violencia e inseguridad, en un país donde la escasez no
existe y donde la gente sonríe. “Esto no
tiene precio, Emilie”. Él demostró que estudiando, arriesgando y soñando la
gente se supera.
En Petare y en todos los rincones del país
también se sueña, debemos convertir esos sueños en realidad, salir a buscarlos,
luchar por ellos. No debemos quedarnos encerrados esperando que las cosas nos
lleguen, ni rendirnos en el camino, por difícil que sea.
Vivamos con ilusión, tengamos buena
actitud, aprendamos a valorar y a agradecer las oportunidades que se nos
presentan, no nos conformemos con algo menor a lo que sabemos que podemos
conseguir.
“Un
barrio no puede ni debe limitar tus sueños de ser alguien en la vida y cambiar
tu destino” Thaylor Aguilera.
@mgrodri
@emiecb