martes, 4 de marzo de 2014

Esto a lo que hemos llamado #LaSalida

La Salida es la consigna que despertó en un gran grupo de venezolanos la esperanza de ver, más temprano que tarde, el derrumbe de un régimen que ya tiene 15 años en el poder. Un sueño que parece cada vez más cerca para algunos y a la vez muy lejos para otros. 

La convocatoria hecha por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma tiene al país paralizado entre protestas y crueles represiones. Ya son más de 20 días continuos en donde la calle se ha convertido en el terreno en el que la sociedad civil y la GNB (con apoyo de algunos grupos armados) se encuentran diariamente en una batalla que hasta la fecha tiene un saldo de 18 muertos y cientos de personas detenidas y torturadas injustamente. 

Hoy la cosa es aún más complicada que en cualquier intento previo de "rebelión" contra el gobierno. A diferencia de mi generación, los estudiantes de hoy no cuentan con acceso a los medios de comunicación; esa estrategia sostenida de amordazar a la disidencia (RCTV, Globovisión), hoy rinde sus frutos con un desbalance informativo que resulta perverso. Es cierto que tenemos las redes sociales y que eso nos ha permitido que el mundo voltee a ratos su mirada a Venezuela, pero también hemos sido muy irresponsables en el uso de estas herramientas, posteando información no confirmada en muchos casos. Lo cierto es que al no tener un espacio común de comunicación, también hemos perdido el paraguas donde los diferentes voceros podíamos alinear mensajes y diferencias. Hoy cada uno dice lo que quiere y siente, muchas veces sin entender que el colectivo necesita un mensaje único e indivisible que encauce esta ola de protestas.

La Salida, temo decirlo en estos momentos, no está tan cerca como quisiéramos. Hay cosas que hemos hecho mal y que resulta imperativo corregir a la brevedad posible, porque no podemos darnos el lujo de perder esta reacción maravillosa que está teniendo nuestra gente. Empiezo por listar algunas acciones:

1. Una agenda compartida: aunque muchos voceros han sacado a la luz una serie de planteamientos muy válidos y firmes hacia el gobierno, seguimos arrastrando nuestro peor mal como oposición: no tenemos un liderazgo claro y unido, sino que nos sobran líderes buscando capitalizar el protagonismo del momento. La exigencia es clara: Una sola agenda.

2. Ampliar el mensaje: quien pretenda vendernos que luchamos sólo por la liberación de Leopoldo, está equivocado. El mensaje debe ser amplio para que sean muchos los que se sumen: liberación de todos los presos y perseguidos políticos, lucha contra el alto costo de la vida, la escasez, la inseguridad. Todo esto se resume en un deterioro de las condiciones democráticas del país y la ineficiencia de este régimen para hacerle frente.

3. Sumar a más sectores de la sociedad: este es el momento preciso para sumar. Ya hemos comprobado en reiteradas ocasiones que ni por la vía de la "resistencia", ni por la electoral somos suficientes. Hemos crecido mucho, pero nos falta convencer a muchas personas más para que la balanza se incline a nuestro favor. En ese sentido, toda consigna que resulte ofensiva a quien piense distinto nos estaría alejando del objetivo. Debemos organizarnos y preparar asambleas (no mítines políticos, la gente necesita ser escuchada) en los sectores populares y sumarlos a esta lucha que es por una serie del problemas compartidos y no sólo por un cambio de gobierno.

4. Elegir las peleas internas: pasarse horas peleando por un cambio de slogan sólo deja en evidencia las profundas diferencias que tenemos. Es importante que sepamos elegir las peleas que daremos a lo interno, del resto a todos nos tocará pasar algún trago amargo.

En resumen, UNIDAD. Eso que no significa pensar igual, que no implica estar de acuerdo en todo momento, pero que si requiere de una madurez política y social que una vez alcanzada nos permitirá tener el piso suficiente para enfrentar un cambio de gobierno, el retorno a la senda democrática y no una sucesión de hechos desafortunados.


@rafbello.
rafbello@gmail.com

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