jueves, 13 de marzo de 2014

EN PETARE TAMBIÉN SE SUEÑA

Historia contada por Emilie Candiales, estudiante de un colegio privado de Caracas, y escrita por María Gabriela Rodríguez, licenciada en Comunicación Social.


EN PETARE TAMBIÉN SE SUEÑA

- LA HISTORIA DE THAYLOR -

El 25 de febrero de 2014 el Ministro de Educación de Venezuela, Héctor Rodríguez, dijo que "los planes para erradicar la pobreza en el país no deben tener como objetivo sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media, para que después aspiraran a ser escuálidos."

Yeiker Guerra, estudiante y residente de Petare fue entrevistado por CNNEE el día 28 de febrero y le preguntó al Ministro si le estaba diciendo que no podía soñar, que él también, en el barrio, en la zona popular, tiene sueños y puede algún día llegar a ser un Ministro.

Como Yeiker, en Venezuela hay muchos que consideran que llegar lejos no se consigue por la ausencia de problemas, sino por saber superarlos. Muchos son los que no se conforman con algo menor a lo que saben que pueden conseguir y van más allá, sueñan y viven en búsqueda de la mejor versión de sí mismos.

Cerca del sector La Bombilla, en José Felix Rivas en Petare, vive Thaylor Aguilera, un chamo que vio en el béisbol una oportunidad, trabajó y se dedicó para convertir un sueño y un deseo de triunfar en su pasión: Irse a estudiar becado a los Estados Unidos para emprender una mejor vida para él y toda su familia.

 “Descubrí de pequeño mi pasión por el béisbol”

Thaylor se graduó del liceo de segundo de la promoción, no presentó para ninguna universidad porque su meta estaba clara, jugar béisbol y conseguir a través de eso una beca para ir a estudiar al exterior.

“Mi sueño era cada vez más inalcanzable. Cuando juegas béisbol y ya tienes más de 16 años en Venezuela te consideran un pelotero viejo”

 Jugó hasta los 18 años con la escuela de béisbol menor de Los Leones del Caracas, durante este tiempo le ofrecieron la oportunidad de participar en un try out (prueba que hacen equipos profesionales para seleccionar jugadores) de becas a Estados Unidos, pero no quedó, cosa que agradece porque resultó siendo una estafa. Luego tuvo la oportunidad de ir a Valencia y tratar con Detroit,  a pesar de que el equipo quedó contento, no lo aceptaron porque "ya tenían el lineup full".

 “Yo me decepcioné mucho y dejé de entrenar por tres meses”

Durante ese tiempo, Thaylor supo de un try out en la Universidad Metropolitana organizado por un grupo de profesionales interesados en ayudar a atletas venezolanos a estudiar en Estados Unidos que estaban dando cinco becas, se inscribió y compitió con más de 60 personas, ganándose el primer cupo.  Tenía cuatro meses para prepararse y aprender algo de inglés para presentar el TOEFL (examen que mide fluidez y conocimiento en el idioma inglés), pero resultó siendo poco tiempo ya que no sabía ni una palabra de este idioma.

Maridoug, profesora y parte del grupo de profesionales que daban las becas, se inventó un plan para que Thaylor aprendiera lo esencial para presentar el examen: leer, ver videos, hacer traducciones y al mismo tiempo seguir entrenando. “Se me complicaba porque no tenía Internet en mi casa, así que tenía que aprovechar el Internet de las clases para descargar todo y adelantar”.

El examen que Thaylor tenía que presentar tiene un costo de 220$, dinero que su familia no tenía, pero con ayuda lograron comprar los dólares en efectivo y dárselos a la persona que ofreció pagarlo.

“Cuando el College me aceptó y todo comenzaba a tomar forma, se empezó a complicar porque teníamos que demostrar que teníamos un estado de cuenta de 20.000 $, y obviamente no lo teníamos, entonces mi papá pidió un préstamo, algunos familiares aportaron lo que podían, vendimos unos teléfonos y se llegó”

El sueño de Thaylor sólo traía gastos para su familia. Comenzó a dar clases de matemática para ahorrar un dinerito pero duraron poco debido a que el tiempo no le alcanzaba. “No tienes idea de todo lo que hizo mi familia para que yo estuviera aquí, contarte no es sencillo y tiene muchas historias de por medio. Ya cerca del viaje, todo fue rápido y nuevo para mí ya que nunca me había montado en un avión, ni tampoco había viajado a ningún país, no tenía idea de qué hacer.”

 ¿Regresarías a Venezuela?

-  Sí regresaría a Venezuela porque estoy orgulloso de haber nacido en el país más lindo del mundo, no me quejo de haberme criado en un lugar pobre donde fácilmente pude haberme convertido en un malandro, al contrario siempre le agradezco a Dios por la familia que me dio y por haberme dado la oportunidad de ver y aprender que en un barrio puedes soñar, puedes pensar en ser alguien importante, puedes aprender lo que es valorar lo que tienes, ser agradecido, humilde, aprender a tomar buenas decisiones dentro de un ambiente que te invita constantemente al fracaso.

 ¿Cómo te sientes estando en otro país?

- Estar en otro país no es fácil y mucho menos cuando estás lejos de tu familia, pero cada vez que pienso en las veces que tuve que voltear para un lado para no ver un malandro muerto al frente de mi casa, las veces que tuve miedo porque no podía llegar después de cierta hora porque algo me podía pasar. Me impulsa a lograr mis sueños y ser la llave que le abra las puertas a mi familia para un mejor futuro, aunque tenga que pasar mucho tiempo intentándolo sé que granito a granito voy a lograrlo, ese es mi objetivo y por ello trabajo todos los días, y aunque vivir en un barrio limita tus posibilidades de lograr grandes cosas, todo depende de ti, quién eres, de dónde vienes, y a dónde quieres llegar.

Mi motor más grande e impulso se llaman papá, mamá y hermano

Este chamo de Petare se empeñó en convertir cada uno de sus pasos en un camino hacia el éxito con constancia y esfuerzo. Emilie, compañera de las clases de inglés de Thaylor, cuenta que días antes de irse lo vio aterrado, pero con una expresión que nunca olvidará y mucho menos las palabras que le dijo “Si yo pude, tú puedes”; dice que esto le dio una lección, que a veces los que tienen más facilidad para lograr sus metas no lo valoran y se rinden en el camino por pequeños obstáculos y él le demostró que si se quiere, se puede y que es ahora o nunca.

Gracias a varias personas, entre ellas la profesora Maridoug Cividanes que le dio todas las herramientas para aprender el idioma, lo incentivó y apoyó y a sus familiares y amigos que creyeron en él, hoy Thaylor está estudiando Ingeniería en Nueva York, conociendo lo que es vivir en paz, sin violencia e inseguridad, en un país donde la escasez no existe y donde la gente sonríe. “Esto no tiene precio, Emilie”. Él demostró que estudiando, arriesgando y soñando la gente se supera.

En Petare y en todos los rincones del país también se sueña, debemos convertir esos sueños en realidad, salir a buscarlos, luchar por ellos. No debemos quedarnos encerrados esperando que las cosas nos lleguen, ni rendirnos en el camino, por difícil que sea.

Vivamos con ilusión, tengamos buena actitud, aprendamos a valorar y a agradecer las oportunidades que se nos presentan, no nos conformemos con algo menor a lo que sabemos que podemos conseguir.

“Un barrio no puede ni debe limitar tus sueños de ser alguien en la vida y cambiar tu destino” Thaylor Aguilera.


@mgrodri
@emiecb

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Try* out, del resto, buen artículo.

Ceez dijo...

Que buen articulo! Que bella historia! Thaylor Aquilera y mi gran amiga Maridoug son tremendo ejemplo para los Venezolanos. Esta es una de tantas cosas que queremos construir en Venezuela.

Windys dijo...

Hola, buenos días, Me gustaría saber si han hecho algún seguimiento a ésta historia. Saludos