Permítanme hablarles por masoquismo, costumbre o determinación de las pasadas elecciones. Dicen por ahí que no es bueno hacer leña del árbol caído, pero soy de los que cree en la reflexión como un potente motor del aprendizaje, un proceso que sin duda nos ha costado asimilar que es constante en el tiempo.
Queda claro que los fenómenos electorales y organizacionales no están del lado de quienes nos oponemos a la revolución, también y aunque a los creyente nos parezca cuando menos injusto, todo parece indicar que allá en el cielo no están muy pendientes de nuestra situación política, por lo que siempre repito una consigna a modo de recordatorio personal: "los rezos sin votos no cambian presidentes".
Este 2012 representó para muchos venezolanos una expectativa de cambio que no se había respirado con tanta convicción en los últimos 14 años, sin embargo, una mayoría cuestionada por muchos y aceptada por otros, impuso para el país su imperioso deseo de 6 años más de revolución, justo cuando a su líder ese periodo pudiese parecerle lo más cercano a la eternidad.
Cerramos un año con un presidente reelecto con un comprometido estado de salud, con un sucesor nombrado en cadena nacional y con una oposición que parece desdibujare entre los intereses personales y organizacionales. Cuesta creer que tras 14 años de un libreto con pocas variaciones, nosotros como sociedad debamos exigir a los liderazgos políticos que respaldamos que en estos momentos de incertidumbre tengan la suficiente madurez para ver más allá de lo que sus aspiraciones le permiten. Es duro decirlo y poniéndome en su lugar, debe ser duro renunciar al concepto tradicional de la política que hemos asumido como nación, pero es hora de crecer y de dar un paso al frente, porque este daño sistemático a la nación es responsabilidad de todos. Por ejemplo, Zulia, Carabobo y Nueva Esparta tienen que ser motivo obligado de reflexión. Eso nos indica que la gente esta en busca de nuevos liderazgos y sólo los que sean capaces de brindar esa opción lograrán capitalizar nuevos espacios de poder.
Un clavo no siempre saca otro clavo
Henrique Capriles logró mantenerse con vida en la arena política luego de su reciente triunfo en las elecciones regionales. Para nadie era un secreto que Miranda representaba la verdadera meta en esa "victoria perfecta" de la que nos hablaban los partidarios del presidente, pero tampoco puede ser un secreto que quedó en evidencia un marcado retroceso dentro de las filas opositoras al no poder mantener espacios importantes que ya habíamos conquistado. La victoria regional de Capriles, quien hasta ahora se perfila como el líder de la bandada opositora (con marcados detractores y competidores dentro de sus filas), fue un clavo que no logró sacar el anterior, pero lo deja en una posición interesante frente a cualquier eventualidad que pueda surgir en los próximos días.
Un interesante 2013
Sería poco responsable de mi parte desearles un próspero 2013, porque todo apunta a un deterioro indetenible de nuestra economía y una compleja situación política debido al estado de salud del presidente (esto basado en información oficial, a no ser que nuevamente nos sigan engañando con el tema).
A quienes me acompañaron en la intermitencia de mis artículos este año, les deseo mucha paciencia, tolerancia, sabiduría y paz para este nuevo año, créanme la vamos a necesitar para afrontar los nuevos retos que nos ponga un país del que nos podemos quejar de todo, menos de que sea aburrido.
Reitero mi compromiso a seguir conversando con ustedes en 2013, intentando ser más constante esta vez.
RBR
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