En algunos entes gubernamentales y en actividades del Comando de Campaña Carabobo se empieza a filtrar lo que será la campaña del candidato presidencial del oficialismo, algo habitual, típica y del mismo corte que aquella utilizada en 2006 donde apelaba al amor como estrategia para acercarse a los miles de electores que había perdido.
Esta vez nos hablarán de un candidato con “corazón venezolano”, con un arraigo muy grande por la patria, tanto así que está luchando por su vida porque se siente indispensable para todos nosotros, porque aún queda mucho trabajo por hacer para poder llevarnos al socialismo del siglo XXI.
Hablemos entonces del corazón venezolano de quien se presume será el candidato oficialista. Ese personaje de corazón “noble” que se ha dedicado a distribuir el dinero de todos los venezolanos alrededor del mundo para solventar problemáticas que curiosamente aqueja nuestro pueblo. El mismo que en su afán de garantizar la soberanía alimentaria de todos los venezolanos nos hizo presenciar un crimen de dimensiones inimaginables cuando toneladas de comida se perdieron a causa de la ineficiencia generalizada del gobierno que preside. Ese corazón venezolano que ha destruido el aparato productivo de nuestro país dejando a miles de venezolanos sin empleo. Un corazón venezolano que sólo acepta como compatriotas a aquellos que visten su color y comparten su pensamiento, desconociendo al inmenso grupo que lo adversa. Ese personaje, que se jacta de su corazón venezolano, pero que poco le ha importado la muerte de ciento de miles de compatriotas como consecuencia de una delincuencia desatada en todo el territorio nacional. Ese mismo corazón que ha dejado a tanta gente en refugios durante años, sin darle una respuesta oportuna.
No nos mienta, Candidato. Sabemos que su corazón puede ser revolucionario o hasta cubano, pero poco se asemeja al corazón de todos los venezolanos que aspiramos un cambio. No se crea ese cuento que la gente en nuestro país tiene memoria corta, porque en realidad son muchos años de mentiras y promesas incumplidas como para que ahora venga con cuentos chinos pidiendo nuestro voto. Estoy seguro que sería mucho más fácil convencernos de “ese corazón venezolano” si en estos 14 se hubiese dedicado a trabajar.
RBR
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