Mucho se ha hablado sobre la situación de salud que atraviesa el actual mandatario nacional. Algunas posturas han resultado absurdamente radicales, muchos otros han recurrido al siempre válido recurso de la hipocresía para enviar palabras de aliento, otros tantos prefieren no darle importancia y un grupo bien considerable ha contrastado la enfermedad del presidente con la de miles de venezolanos que, o no tienen acceso a un sistema de salud de calidad o sencillamente se los han negado. En muchos casos, se presume que esa negación ha venido de parte del propio presidente.
Lo cierto es que ha reinado la desinformación y el excelente comunicador que todo lo dice y nada se esconde, se ha reservado mucho sobre su estado de salud. Esta posición se la respeto a cualquier persona, pero considero que quien dirige el país debe darle una explicación más detallada a sus ciudadanos, calmar el estado de ansiedad que viven muchos de sus seguidores y dejar de utilizar su enfermedad como un termómetro para medir la fidelidad de su círculo más cercano.
Al parecer, no hay más células cancerígenas y la quimioterapia está haciendo efectos, eso según información del propio paciente. Sin embargo, creo que ha hecho metástasis el egoísmo. Un egoísmo que lo tiene enquistado en el poder destruyendo empresas, familias, trabajos, pero sobre todas las cosas, destruyendo las esperanzas de sacar este país adelante.
El egoísmo, probablemente sea el mayor de los males que aqueja a este paciente que aún enfermo y con sus facultades mermadas, no se dedica tiempo para sí mismo permitiéndose un tratamiento de calidad y dejando en mano de uno de los suyos la presidencia de la República. Ese mismo egoísmo que lo hace creerse el único dueño de un proyecto de gobierno en el que han participado muchos (por convicción u oportunismo); un egoísmo que cercena las aspiraciones de sus seguidores reiterándoles que siempre serán seguidores y que el único líder es él; una actitud que refuerza la tesis que dice: “No hay chavismo sin Chávez”
Te tocó la hora de sensibilizarte, de darte cuenta que ante todo eres humano y que tus ínfulas de ser superior a la raza humana son eso, puras ínfulas. Hoy imagino cómo te sientes, créeme que sé mucho de eso de sueños frustrados, eso es parte de ser terrenal, de vivir con los pies en la tierra. Te tocó un aterrizaje forzoso al mundo de los mortales, te debe estar desesperando la inminente posibilidad de no cumplir tus sueños de quedarte infinitamente en el poder, bien sea porque tu salud no te lo permite o porque te diste cuenta que tu popularidad no sería infinita. Te desconciertan los pasos que atinadamente están dando tus adversarios, debes dormir poco y pensar mucho y de verdad, te entiendo.
Pero, ¿sabes algo?, no me lamento por eso, porque te está tocando vivir lo que nos pasa a todos los venezolanos que coexistimos en este país que consideras tu reino personal. Son muchas las madres y padres que soñaban con ver a sus hijos con “toga y birrete” saliendo de una universidad y hoy su único consuelo es poder ir a dejarle flores en un cementerio. Son muchos los jóvenes que se preparan durante años para salir con optimismo y muchas ganas a ejercer una profesión y les toca chocar de frente con la realidad del desempleo que nos agobia, ellos también saben de sueños frustrados. Los grandes y pequeños empresarios que han construido a fuerza de trabajo y dedicación una fuente de empleo para muchos venezolanos y la fuente de su propia riqueza, ellos también han visto frustrados sus sueños de seguir creciendo y generando empleo cuando les toca enfrentarse a tus medidas expropiatorias. Imagino lo fuerte que debe ser para los hijos y familiares de las personas que por diferencias políticas hoy están injustamente en las cárceles, haber visto abruptamente interrumpidos sus sueños de domingos familiares, de llegar corriendo del colegio y abrazar a sus padres, habla con ellos, capaz también te puedan contar de cómo se esfuman sus sueños. Y como estos casos, hay muchos más, ya tendrás tiempo para pensarlos y darte cuenta que en muchos casos tú fuiste el responsable.
Estás enfermo, te creo y te deseo una pronta recuperación. Pero sinceramente te deseo que algún día puedas recuperarte de tu cáncer de egoísmo. Para ese, no hay medicinas ni tratamientos que puedas buscar en Cuba.
RBR
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