Desde mi participación como dirigente estudiantil en los años 2007-2008-2009, he tenido la firme convicción de estar luchando con una generación que no se etiqueta y que mucho menos promueve la división.
En intensos debates con compañeros de otras casas de estudio y de pensamiento político contrario al que tengo, mantuve mi posición de no ser catalogados como Estudiantes de Oposición o Estudiantes Revolucionarios. Yo ingresé a la Universidad Católica Andrés Bello con un morral lleno de sueños, sin más motivos que la certeza que tengo de saber que la educación es el mejor camino para lograr la sociedad que queremos y sin más etiquetas que aquella de la que me siento profundamente orgulloso: Ser un joven venezolano.
Cuando escucho hablar de Estudiantes de Oposición o de Estudiantes Revolucionarios, siento que quienes se expresan de esta forma no entienden la lucha y el rol histórico de la juventud venezolana. Dividirnos por pensamiento político sólo logra debilitarnos y meternos en el círculo vicioso del juego político de nuestro país, al final todos estamos bajo el mismo techo y nuestra meta debe ser común: luchar por hacer de la universidad un espacio independiente y libre, para la promoción de ideas que nos conduzcan al progreso como sociedad. Dividirnos y etiquetarnos es mandar un mensaje contundente a la sociedad diciendo que tampoco será esta generación la que promueva la unión tan necesaria en nuestro país, sino que seguiremos siendo protagonistas de una polarización que nos consume.
Quienes estuvimos o estamos en una universidad debemos preocuparnos y ocuparnos por hacer de ella un sitio digno, por lograr que cada vez sean más las personas que cuenten con la oportunidad de acceder a ellas, por promover debates que construyan y no discusiones que destruyan. Debemos mirar más allá de la coyuntura, dibujando el país que soñamos y el que sueñan los que confían en que nosotros lo hagamos realidad.
Por eso les digo, compañeros, que no somos estudiantes ni de oposición ni revolucionarios, somos estudiantes que nos oponemos a cualquiera que intente cercenar la libertad de las ideas y somos profundamente revolucionarios porque nos preparamos para generar transformaciones positivas en la sociedad. Y eso, es totalmente distinto.
RBR
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