En primer lugar quiero disculparme por estas semanas de ausencia, me encontraba de vacaciones. Ya estoy de vuelta y espero poder seguir compartiendo con ustedes, cada semana, mi Voz de Propuesta.
Comienzo el 2011 recordando lo interesante del año que acabamos de dejar atrás. 2010 fue un año bien movido, de alegrías y tristezas, de triunfos y derrotas; un año para tener en la memoria.
El 2010 comenzó con un recordado racionamiento eléctrico que ocupó buena parte de los titulares de prensa en los primeros meses del año, las razones que se daban en aquel entonces hablaban de una intensa sequía producto del fenómeno “El Niño”, las justificaciones que se dan hoy, luego de las intensas lluvias y persistir el mismo problema, son sólo excusas.
No había transcurrido una semana cuando ya se anunciaba una devaluación de la moneda y se dejaba al descubierto que el otrora “Bolívar Fuerte” no era más que un nombre con el que pretendieron burlarse de todos los venezolanos. Su debilidad y su poca capacidad para hacerse fuerte, es cada vez más notoria.
Rápidamente nos olvidamos de la devaluación y el racionamiento para ocuparnos en lo que se ha convertido en el “Deporte Nacional”: Las Elecciones; un año tan movido como el 2010 no hubiese sido lo mismo sin elecciones. En este caso, las elecciones eran de vital importancia ya que se trataba de las elecciones parlamentarias, una luz al final del túnel para aquellos que intentamos frenar democráticamente las irregularidades que se cometen a diario en este régimen.
Entre primarias, consensos y discusiones, transcurrieron varios meses donde los problemas comunes de todos los venezolanos fueron dejados atrás, como de costumbre, para enfocarse el la errada visión de una política netamente electoral.
En el 2010 la ineficiencia gubernamental llegó a sus máximos niveles cuando se descubrió el caso MERCAL-PDVAL, donde miles de toneladas de alimentos se perdieron, atentando directamente contra la soberanía alimentaria de cada uno de los venezolanos, en especial de los más necesitados. No sólo en el manejo de la comida se presentaron fallas, el sistema de transporte por excelencia de la mayoría de los caraqueños, el Metro de Caracas, colapsó y generó momentos desagradables para todos sus usuarios.
Las elecciones dejaron un saldo positivo para el país, más allá de las expectativas de cada uno de los bandos, salió ganando toda Venezuela al poder contar con una Asamblea Nacional más cercana a la realidad que vivimos y en donde todos los sectores pueden tener una participación más equitativa.
Los ataques a la empresa privada se desataron, y las expropiaciones ocuparon buena parte del año, incluso se hicieron amenazas importantes a la empresa privada más importante del país: Empresas Polar, pero una respuesta conjunta de empleados y de la población en general pudieron impedir que pasara a mayores.
Despedimos el año con una tragedia motivo de intensas lluvias que dejaron a cientos de miles de familias damnificadas, en donde la solidaridad de todos los venezolanos se puso de manifiesto, contrastando el populismo de muchos que quisieron aprovechar la situación para recuperar su imagen. El 2010 se fue dejándole de regalo al Presidente, una Ley Habilitante aprobada a espaldas de los venezolanos, así como aprobaron varias leyes que nos acorralan en una dictadura disfrazada de democracia y que están lejos de ir a favor de todos los venezolanos.
Los venezolanos nos caracterizamos por tener una memoria de corto plazo, una memoria que nos hizo elegir al responsable de una intentona golpista como presidente. Definitivamente fue un año duro, y de seguro este 2011 no será muy diferente. El hecho está en que debe ser un año para recordar, para hacernos reflexionar en dónde estamos parados y en lo que debemos hacer para ir hacia dónde queremos llegar.
RBR
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