Las últimas semanas transcurren siguiéndole el paso al vertiginoso ritmo de principios de año. En tan sólo unos días el gobierno central decide alertarnos de su verdadera preocupación o pudiera atreverme a decir, su verdadero anhelo: la guerra. Lo hace de conocimiento público cuando acompañado por el actual mandatario ruso, endeuda a la nación con un gasto millonario (porque me niego a llamarlo inversión) en armamento militar. Luego, en celebraciones correspondientes a los días 11 y 13 de abril, nos obligan a presenciar la juramentación de 38 mil milicianos y como detalle final, pero no menos importante aun cuando sí, impactante y decepcionante, se crean las primeras "guerrillas comunicacionales", conformadas por jóvenes liceístas. Sí, esos mismos que deberían ser educados en paz, bajo un ambiente de sana convivencia, motivándolos a trabajar por un futuro mejor, a esos que nos gustaría ver triunfar en el deporte, el arte y las academias, hoy pasan a ser guerrilleros.
Y es que de un presidente que no se ha quitado el uniforme, capaz por temor a perder cualquier vestigio de autoridad que le quede, ¿qué se puede esperar?
Qué falta de conexión con el país, ciudadano Presidente, ¿se le olvida que somos un pueblo pacífico?, ¿que hemos rechazado y rechazaremos siempre la guerra o cualquier enfrentamiento bélico? Su ineficiencia y autoritarismo son los que han sembrado la guerra en este país, una guerra que se vive a diario en las calles y en donde siempre resulta victoriosa la inseguridad y cada uno de nosotros somos los derrotados. Usted promovió una guerra entre clases sociales, en lugar de trabajar en pro de la solidaridad entre las mismas. Esas guerras ya nos han costado demasiado, no siga malgastando nuestros recursos. Supongo que se le hace más fácil llamar a la guerra y a la destrucción, que a la concertación de ideas y a la construcción que es lo que realmente necesitamos. Estas arbitrariedades tienen fecha de vencimiento, y está más cerca de lo que muchos pensamos. Recuerden que los demócratas damos la guerra en los centros de votaciones y que nuestros soldados son los electores. El 26 de septiembre tenemos una gran oportunidad para demostrar nuestro descontento, no la desperdicies. ¡Vota!
RBR
No hay comentarios:
Publicar un comentario