Viernes 29 de Enero. 11:50pm. Concluye el séptimo juego de la final de la Liga Profesional de Beisbol de Venezolano: un resultado, 2 sentimientos, mi interpretación.
Los fanáticos del equipo ganador no esperaron para hacerse sentir en las calles del país, al menos en Caracas las caravanas y concentraciones se podían observar en diversos puntos. Algunas más pacíficas y alegres que otras, pero al final la celebración se tradujo en tragedia cuando producto de los tragos y la falta de cordura, algunas personas sufrieron accidentes de tránsito y otras fueron golpeadas por fanáticos enardecidos. Por su parte los seguidores del equipo derrotado se resignaron a estar en su casa analizando cada error cometido por la novena de su preferencia y con la esperanza de que en la próxima temporada, porque siempre hay una próxima, vendrá la revancha.
Este comportamiento y esta situación describen plenamente lo que a diario se vive en el país. Una nación donde sus habitantes hemos dejado a un lado nuestro rol de ciudadanos y nos hemos convertido en FANÁTICOS, de esos que se uniforman, que carecen de objetividad, una fanaticada radical que no cree en el equipo contrario y lo intenta descalificar en todo momento, un fanático que ya escogió su lado de la tribuna.
Sin embargo, y aunque a muchos les suene ilógico, hay una gran parte del país a la que no le convence este juego, o mejor dicho, a la que no le gusta ninguno de los equipos. En la búsqueda desesperada por tener más fanáticos, ambos conjuntos han buscado la forma de acercase a estos potenciales seguidores y han fallado casi en la totalidad de las veces, y es que, a estas alturas del juego no han entendido que con insultos y amenazas nadie se une, que la unión surge de la convicción y que para que una esas personas decida ser un fanático se le debe presentar una alternativa medianamente "atractiva". Esa falta de conexión evidente, me hace pensar que en los dos equipos la directiva y los técnicos están fallando. Eso por no hablar de los jugadores.
Esa necesidad de uniformidad, de pertenecer a una agrupación, de vestir una camiseta igual a los míos y distinta a la de mis oponentes -aunque hay quienes son de la teoría que si se lavan las camisas, éstas destiñen y quedan del mismo color-, sencillamente no es sana. En Venezuela debemos dejar a un lado el fanatismo, debemos asumir nuestro rol ciudadano de ser árbitros que garanticen que los jugadores cumplan con las reglas dentro del terreno de juego.
Este 26 de septiembre hay un séptimo juego, tú decides a que equipo le apuestas. De lo que debes estar seguro es que al final de ese día, independientemente del resultado, los equipos se enfrentarán en una nueva temporada donde el perdedor intentará por todos los medios buscar la revancha. Todavía estás a tiempo para decidir si serás fanático o árbitro.
RBR
1 comentario:
Rafael, tal vez lo que tu, yo y muchos otros queremos no se va a dar por ahora; pero es el momento de comenzar a caminar en esa dirección sin dejar distraernos por la inmediatez electorera.
No creo que el mayor problema que tenemos sea el fanatismo; más bien creo que se trata de enfocar en los objetivos inadecuados. Importa más que gobierne chávez (enfoque erróneo) a que gobierne bien y devuelva al Pueblo el mayor cúmulo de felicidad (enfoque correcto).
Los políticos callan verdades por no ser impopulares (sobre todo en época de propaganda electorera); no dicen que nuestro País será tan grande como el aporte que cada uno haga a esa grandeza; no, prefieren prometer lo que ni están dispuestos ni pueden cumplir.
Ahorita mismo, están en lucha encubierta por ver como logran mayoría de candidatos (cuanto tiempo perdido) en lugar de predicar por la calidad de asamblea que necesitamos; que sea esta calidad de asamblea la que de el perfil de los candidatos...
Un caminante le pregunta a Sócrates cómo hacía para llegar al monte olimpo; el maestro responde:
asegúrate que estás en la dirección correcta (objetivo) y después de dar los pasos necesarios habrás llegado al sitio que quieres ir.
O sea, el resultado es consecuencia de: fijar el objetivo y dar los pasos necesarios.
Un mapa tiene: origen, destino, rutas e hitos; los hitos nos indican si estamos en la ruta correcta que marca el mapa.
Si se habla de Salud, cuales son los indicadores (hitos) que nos van a hacer saber que vamon en la dirección correcta de lograr el mejor sistema de salud que estamos aspirando.
Eso espero de ti, amigo Rafael, y de el nuevo cuño de políticos 2.0 que necesitamos y merecemos los venezolan@s.
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