lunes, 23 de noviembre de 2009

Sobrevivir, partir, volver y vencer (idilio del joven venezolano)

De Jordy Enrique Moncada Cartaya 

En cuatro acciones podríamos resumir las alternativas de todos los jóvenes venezolanos. 

Sobrevivimos, por suerte o desgracia, aún no lo sabemos, sobrevivimos al hampa, claro está, a las 9mm que comentó acertadamente el fin de semana un compañero, al exceso de velocidad del borracho inconsciente que no es controlado por la autoridad competente, a la imposibilidad de hacer nuestra propia vida, a la imposibilidad de independizarnos, a los malos tratos de muchos empleadores, a la irresponsabilidad de tantos otros, a los acosos oficiales y no oficiales, al “gas del bueno”, a los perdigones “buenos”, a los funcionarios policiales y militares que ven en nosotros un botín, en fin, sobrevivimos día a día a la iracunda realidad de nuestras calles. 

Partimos, todos partimos, a casa antes de que se haga más tarde, antes de que cierre el metro, antes de que nos asfixiemos por el “gas del bueno”, antes de enfrentarnos a una 9mm, partimos a veces sin esperanza ante la irresponsabilidad de tantos otros, ante los acosos oficiales y no oficiales, partimos para evitar ser ese botín que tantos buscan. Algunos parten en un avión a otro país con sueños relacionados casi siempre con la idea de tranquilidad, tranquilidad al circular, al caminar, al comprar, al vender, al dormir, al cobrar un salario, al expresar su opinión; otros, parten por cualquier medio a su refugio, a su fortaleza, a su intimidad que cada vez es menor, a su casa o alguna casa buscando seguir sobreviviendo. 

Volvemos, todos volvemos, al trabajo, a la calle, al cordón policial o militar que nos lanza gas prohibido por la Constitución, al país algunos, a la rutina otros, a la lucha con esperanza, a cantar y a militar en la vida, a ayudar a otros, a contar pequeñas anécdotas de las instituciones que nos rodean, a un funeral de alguno que no logró sobrevivir (que ya son tantos), a un tribunal a apoyar a ese que no lo dejan sobrevivir libremente, a una cárcel a constatar que se puede estar muerto en vida gracias a las malas políticas carcelarias, volvemos, siempre se vuelve a Venezuela, con un recuerdo o sin él. Hay dos tipos de personas que nunca vuelven, aquellos que de un modo u otro siempre extrañaran estas calles y aquellos a los que siempre extrañaremos. 

Venceremos, en la medida en que seamos honestos, en la medida en que trabajemos duro, en la medida en que nos formemos con excelencia, en la medida en que reconozcamos nuestros errores y sepamos aprender de ellos, en la medida en que seamos siempre irreverentes ante la imposición (venga de donde venga), en la medida en que estemos siempre organizados, en la medida en que definamos claramente nuestras ideas y propósitos, en la medida en que transmitamos correcta y masivamente esas ideas y propósitos, en la medida en que nos desliguemos de muchas cosas y personas del pasado que sólo entorpecen la construcción de un país en donde más que sobrevivir podamos vivir en paz y en democracia. 

Venceremos, seguro que venceremos, porque cuando suena el río, suena el río …

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola
tristemente debo estar de acuerdo con el bosquejo que realizaste. Triste realidad. Ahor bien, más que vencer quiero pensar y trabajar en crecer, desarrollar la Venezuela que merece ser; el Venezolano que estamos llamados a SER.
Un Pueblo es GRANDE por las bondades de su GENTE más que las bondades de su suelo y/o subsuelo.
Las bondades de la gente está en lograr el máximo desarrollo del Potencial con el que fue dotada por el Creador; o sea, estaríamos hablando de Formación y Educación, al mismo tiempo.
Tú y yo vemos una realidad, parte de nuestro trabajo para mejorar esa realidad está en hacer que nuestros hermanos o prójimo, si lo prefieres, vea esa misma realidad; por la sencilla razón que necesitamos la participación de todos en la Transformación necesaria; y no van a participar hasta que no vean lo que nosotros estamos viendo; si no lo ven no le echemos culpa y reconozcamos nuestra falla en trasmitir esa VISIÓN.
Te dejo este comentario porque comparto el deseo de una Mejor Venezuela.

Rafael Bello dijo...

Me gustaría muchísimo conversar contigo sobre la formación y la educación, sin duda alguna aspectos que van tomados de la mano y que se tienen olvidados en este país. Excelente tu comentario, se lo haré llegar al autor del artículo. Espero sigas visitando esta ventana donde desde mi óptica y dispuesto al debate, dejo las propuestas del país que quiero y que escucho que mucha gente quiere.

Saludos cordiales.
RB