Hace tiempo quería escribir una especie de reflexión personal. Algo que dejara de invadir mi computadora con documentos llenos de "palabras", ésas que terminan siendo al final del caso, sólo eso, "palabras".
Quiero otorgarle carácter a esas palabras para que pasen a tomar el debido lugar que he querido darle, pero que no me he permitido hacer realidad, hoy pasan a ser ideas. Aquí voy.
Un día decidimos despertarnos, no de un sueño inconsciente, sino de una siesta donde a ojos entre abiertos observamos como nuestros padres lucharon de forma desesperada e inadecuada en contra de una persona que quería y que quiere, ahora con mucho más ímpetu, implantar una tiranía en Venezuela. Grave error. De ahí aprendimos a luchar en favor de alguna causa, no en contra de algún motivo. Finalmente decidimos dejar de estar al margen de la situación, le dijimos a nuestros padres que esta vez no los acompañaríamos a marchar. En esta oportunidad nosotros tomábamos las riendas y ellos nos seguían. Fue así como nació un Movimiento que conmovió a opositores y preocupó a oficialistas, pero que sin duda, devolvió la esperanza democrática a todos los venezolanos.
Salimos llenos de carisma, pureza, ideas, verdades, convicciones, y llenamos las calles con espíritu pluralista, algo que le faltaba a los políticos de este país desde hacía unos 20 años. Decidimos hacer la diferencia y lo hicimos, pero lo mejor del caso es que lo continuamos haciendo. Tenemos el único defecto de ser, por sobre todas las cosas, fieles creyentes de la inclusión y de la capacidad del venezolano para ser productivo, para hacer de éste Un País de Primera. Un país digno de cada uno de nosotros.
Hoy los estudiantes somos más que éso, pasamos a ser una referencia y debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a esta generación. Estoy seguro que nuestro título tendrá un valor agregado, una nota al pie que dirá "Venezolano de Primera". Luchemos ahora para que cada Venezolano tenga un título como ése. Los estudiantes adquirimos cada día nuevas responsabilidades, más complejas, más diversas, pero aún están a nuestro alcance, a nuestro nivel, estamos para ésto y mucho más de eso estoy convencido.
Sin embargo, hoy la sociedad entera quiere poner en nuestros hombros la responsabilidad de corregir los errores del pasado y del presente. Con una visión tan egoísta que no nos permite cometer y posteriormente corregir nuestras propias fallas. Ésto, más que un reclamo o una crítica, es un llamado a la responsabilidad, a que cada persona asuma su rol de ciudadano y lo ponga en práctica, a que nos apoyen no sólo con aplausos y desde las salas de sus casas viendo las noticias, que lo hagan con ideas enmarcadas en la construcción de un país donde no sólo tengamos espacio para 27 millones, sino para muchos otros que están por venir y que merecen disfrutar de él. Que nos apoyen practicando la tolerancia y no que la vean como una palabra que adorna el discurso estudiantil, que crean en la factibilidad del diálogo, que sientan finalmente que la solución a los problemas del país las encontraremos acá en Venezuela, sintetizada dos palabras. Consenso y Reconciliación.
Finalmente, quiero recordar que este movimiento no lucha en contra de una tiranía, lucha por la Libertad y la Democracia, en este sentido, debemos enfocar nuestra lucha a la falta de instituciones independientes en el país. Al abandono en el que se encuentran sometidos los venezolanos de menos recursos. A la intensa polarización a la que nos quieren someter tanto opositores como oficialistas. Los invitó a seguir sembrando esperanza, a entrar a los barrios y descubrir el potencial que se esconde en cada uno de ellos, o peor aún, descubrir el potencial humano que se pierde sin la oportunidad de ser explotado, por una bala perdida o por una intencionalmente dirigida; no permitamos que nuestras calles estén llenas con la sangre de nuestra gente valiosa.
Sigamos dando el ejemplo, haciendo la diferencia, construyendo un país para todos, sigamos en la lucha!
Quiero otorgarle carácter a esas palabras para que pasen a tomar el debido lugar que he querido darle, pero que no me he permitido hacer realidad, hoy pasan a ser ideas. Aquí voy.
Un día decidimos despertarnos, no de un sueño inconsciente, sino de una siesta donde a ojos entre abiertos observamos como nuestros padres lucharon de forma desesperada e inadecuada en contra de una persona que quería y que quiere, ahora con mucho más ímpetu, implantar una tiranía en Venezuela. Grave error. De ahí aprendimos a luchar en favor de alguna causa, no en contra de algún motivo. Finalmente decidimos dejar de estar al margen de la situación, le dijimos a nuestros padres que esta vez no los acompañaríamos a marchar. En esta oportunidad nosotros tomábamos las riendas y ellos nos seguían. Fue así como nació un Movimiento que conmovió a opositores y preocupó a oficialistas, pero que sin duda, devolvió la esperanza democrática a todos los venezolanos.
Salimos llenos de carisma, pureza, ideas, verdades, convicciones, y llenamos las calles con espíritu pluralista, algo que le faltaba a los políticos de este país desde hacía unos 20 años. Decidimos hacer la diferencia y lo hicimos, pero lo mejor del caso es que lo continuamos haciendo. Tenemos el único defecto de ser, por sobre todas las cosas, fieles creyentes de la inclusión y de la capacidad del venezolano para ser productivo, para hacer de éste Un País de Primera. Un país digno de cada uno de nosotros.
Hoy los estudiantes somos más que éso, pasamos a ser una referencia y debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a esta generación. Estoy seguro que nuestro título tendrá un valor agregado, una nota al pie que dirá "Venezolano de Primera". Luchemos ahora para que cada Venezolano tenga un título como ése. Los estudiantes adquirimos cada día nuevas responsabilidades, más complejas, más diversas, pero aún están a nuestro alcance, a nuestro nivel, estamos para ésto y mucho más de eso estoy convencido.
Sin embargo, hoy la sociedad entera quiere poner en nuestros hombros la responsabilidad de corregir los errores del pasado y del presente. Con una visión tan egoísta que no nos permite cometer y posteriormente corregir nuestras propias fallas. Ésto, más que un reclamo o una crítica, es un llamado a la responsabilidad, a que cada persona asuma su rol de ciudadano y lo ponga en práctica, a que nos apoyen no sólo con aplausos y desde las salas de sus casas viendo las noticias, que lo hagan con ideas enmarcadas en la construcción de un país donde no sólo tengamos espacio para 27 millones, sino para muchos otros que están por venir y que merecen disfrutar de él. Que nos apoyen practicando la tolerancia y no que la vean como una palabra que adorna el discurso estudiantil, que crean en la factibilidad del diálogo, que sientan finalmente que la solución a los problemas del país las encontraremos acá en Venezuela, sintetizada dos palabras. Consenso y Reconciliación.
Finalmente, quiero recordar que este movimiento no lucha en contra de una tiranía, lucha por la Libertad y la Democracia, en este sentido, debemos enfocar nuestra lucha a la falta de instituciones independientes en el país. Al abandono en el que se encuentran sometidos los venezolanos de menos recursos. A la intensa polarización a la que nos quieren someter tanto opositores como oficialistas. Los invitó a seguir sembrando esperanza, a entrar a los barrios y descubrir el potencial que se esconde en cada uno de ellos, o peor aún, descubrir el potencial humano que se pierde sin la oportunidad de ser explotado, por una bala perdida o por una intencionalmente dirigida; no permitamos que nuestras calles estén llenas con la sangre de nuestra gente valiosa.
Sigamos dando el ejemplo, haciendo la diferencia, construyendo un país para todos, sigamos en la lucha!
2 comentarios:
we're all taking it over! excelente declaración de intenciones ;)
sigue rafa!
Rafa... me siento orgullosa de estar compartiendo contigo -de algún modo- esta lucha... nuestra lucha...
Un abrazo!
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