No es secreto para nadie que 2011 será un año decisivo y de retos en el acontecer nacional, el retorno de la oposición a importantes espacios de poder ha tornado la balanza un poco más equilibrada y por ahora la correlación de fuerzas se hace sentir en la intensa polarización que se respira en las calles.
Los resultados de las pasadas elecciones parlamentarias le enseñaron a la oposición venezolana que hay “una luz al final del túnel” que puede ayudarlos a desprenderse de ese adjetivo, convertirse en alternativa y darle un vuelco a la dinámica política del país. El 52% en el voto popular, indistintamente de lo que represente dentro del hemiciclo asambleario, tiene preocupado a un gobierno que durante 12 años se ha acostumbrado a llevar la delantera en encuestas y aprobación popular, aun cuando la gestión ha dejado mucho que desear.
Al día de hoy el Presidente de la República se encuentra errático, contradiciéndose con una frecuencia mayor a la acostumbrada y observando que sus niveles de aceptación decaen con cada paso en falso que da. Definitivamente el escenario de perder la presidencia en el 2012 no es algo que esté dentro de sus planes, pero que al día de hoy lo trae bastante preocupado. Cuenta con la ventaja de manejar a su voluntad el dinero de todos los venezolanos para invertirlo en lo que sin duda será una campaña impregnada de populismo, a su vez, tiene a la entera disposición una batería de medios de comunicación que le permiten estar indefinidamente en campaña y un equipo de súbditos que lo reconocen como líder “único y supremo”, por lo que no cuenta con competencia interna alguna.
Del lado opositor las cosas son un tanto diferentes, el 52% de la MUD se comparte en pequeñas porciones de poder y aceptación popular para cada uno de los partidos que hacen vida dentro de ella y de alguno que otro que estando fuera de la MUD, juega al bando contrario del oficialismo; como dicen en la sabiduría popular, “hay mucho cacique y pocos indios”.
El panorama se complicó luego de las elecciones del 26 de septiembre, a partir de esta fecha nacieron muchos personajes que son “presidenciables” y que torean un poco la opción de unas elecciones primarias para definir el candidato único que debería enfrentarse a quien espera ser reelecto una vez más. Al parecer el mensaje unitario dista mucho de ser una realidad cuando está a la vista una importante porción de poder, sin embargo, la presión popular debe hacerlos ir más allá de sus intereses personales. A continuación comento un poco sobre algunos de los más sonados presidenciables de la oposición:
· Henrique Capriles: el haber participado en el Congreso de la República, haber sido alcalde de Baruta, preso político y ahora Gobernador de Miranda, lo hace perfilarse como el candidato con mayor posibilidad dentro de la oferta opositora. Su talón de Aquiles puede ser la falta de conocimiento de la realidad nacional.
· Leopoldo López: una vez formalizada la inscripción de Voluntad Popular como partido político, falta poco tiempo para formalizar públicamente sus aspiraciones a la presidencia de la república, cuenta con gran respaldo y aceptación a nivel nacional y ha venido haciendo un intenso trabajo recorriendo casi todos los rincones del país, sin embargo, su inhabilitación política le impide por los momentos optar a cualquier cargo de elección popular, lo que la MUD utilizará para no incluirlo en la lista de aquellos que pudieran postularse a unas “hipotéticas” elecciones primarias.
· Antonio Ledezma: durante su primer año de gestión resonó como un fuerte candidato a la presidencia de la república, haber sorteado con la cantidad de obstáculos que le han puesto en frente para llevar adelante la Alcaldía Metropolitana es su mayor carta, sin embargo, representa el esquema del político tradicional perteneciente a la 4ta desprestigiada 4ta república.
· Pablo Pérez: su candidatura no era tan notoria debido a que un principio siempre estuvo bajo la sombra de Manuel Rosales, sin embargo, con Rosales en Perú y con los resultados de la oposición en el Zulia, se perfila como un político que peleará su cuota de poder en estas elecciones presidenciales.
Evidentemente no serán estos los únicos que manifiesten sus postulaciones, pero si los considero como los personajes con mayores posibilidades. Definitivamente la oposición debe apostar a unas elecciones primarias, lo más pronto posible, para tener un candidato definido que empiece a darse a conocer en todos los rincones del país. El trabajo es intenso y no hay tiempo que perder. En lo personal, me inclino por una llave – presidente/vice-presidente – entre Capriles y Leopoldo, respectivamente.
RBR
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